jueves, 31 de mayo de 2012

El entrenamiento de Dwyane Wade

Dwyane Wade, la megaestrella de los Miami Heat, es campeón de la NBA y oro olímpico. Pero, a pesar de todo, este año ha tenido que empezar de cero.




El escolta de los Miami Heat está entrenando cueando alguien le pregunta si tiene un movimiento preferido: "No", dice, "Voy improvisando". De hecho, esa es, en cierto modo, la característica principal de Dwyane Wade. El MVP (jugador más valioso del año) nos explica cómo desorientar a los rivales sin perder el control de la situación.
Hace ya un tiempo, Wade se convirtió en asiduo de los All-Star y firmó sustanciosos contratos publicitarios. Pero entonces tuvo una mala racha y se lesionó la rodilla y el hombro. La mayor parte de la última temporada la vio desde el banquillo, mientras su equipo firmaba los peores registros de la liga. "Una de las cosas más duras, una vez has ganado, es volver a salir ahí y hacerlo de nuevo", afirma. "Pero se trata de crecer. Al ir madurando, tienes que responder ante las expectativas". No te pierdas sus consejos si te encuentras en su misma situación.

No pierdas la posición

"Yo nunca quise ser el típico líder que va dando lecciones", cuenta Wade. "Siempre he dicho que predicaría con el ejemplo". Pero el tener que animar a sus compañeros desde el banco mientras estaba lesionado provocó un cambio en él. Se convirtió en un buen observador y motivador. "A algunos tipos les puedes hablar de un cierto modo, y a otros no. Como líder, tienes que distinguirlos", señala.

Cubre una necesidad

El estilo de juego de Wade puede ser agresivo, pero él se niega a reservarse cuando juega. Tiene un objetivo: penetrar y crear jugadas. "No les haría ningún favor a mis compañeros si saliera ahí y me convirtiera en lo mismo que cualquier otro: un tirador de campo", afirma. "Ese es un tipo de juego fácil. Y a mí no me gusta jugar fácil". Es importante saber qué buscan los demás en ti. Eso no significa que te encierres en ti, pero si cultivas una habilidad particular, te asegurarás de que siempre haya alguien que te busque como recurso.

Plantéate desafíos

Aunque si lo piensas, pasar de ser una rutilante estrella a convertirte en un notable jugador, no es tan mal negocio. "Como campeón", cuenta, "eres la mejor jugada de cualquiera. Siempre habrá alguien que intentará bajarte los humos". Pero si los focos y la presión están sobre otros, tú tendrás libertad para volverte más fuerte. Así que cuando llegue el momento de emprender la carrera hasta lo más alto, estarás preparado.

Tira de ti mismo

Durante los primeros cinco años de su carrera, Wade trabajó de vez en cuando con el célebre entrenador Tim Grover, el mismo que tuvo Michael Jordan. Pero Wade no podía comprometerse a un horario regular. Tenía anuncios que rodar y una vida que disfrutar. Sin embargo, las lesiones le hicieron reordenar sus prioridades. Se pasó el verano pasado con Grover y acabó más fuerte que nunca. "Desde entonces, trabajo con él de forma continuada". Mantener un físico ágil y fuerte tiene su precio.

Busca inspiración

Fuera de temporada, Wade quería demostrar que estaba en forma. Pero no quería empezar el año con los Heat planteándose ese reto personal. Ese fue el motivo por el que puso tanto empeño en ir a las Olimpiadas de Pekín. "Aunque no hubiera tenido que jugarlas, me habría entrenado igual". Así que prepárate bien físicamente para empezar con la máxima fuerza.

¿Cómo recuperarse de una lesión?

El médico y el entrenador personal de Dwyane Wade le ayudaron a recuperar la fuerza y evitar nuevas lesiones. Si te ves envuelto en algo así, haz esto.

Restaura

Una lesión suele limitar el rango de movimiento y provocar problemas. Por ejemplo, la pérdida de movimiento en la cadera, provoca dolor lumbar o de rodillas. Hartman aconseja recuperar la flexibilidad aplicando una suave presión manual en el punto donde queda limitado el movimiento. Sostén la presión durante 30 segundos mientras intentas mover la articulación lesionada en dirección de la limitación. Haz 3 repeticiones, 4 veces al día.

Refuerza

Recupera la fuerza desafiando a los músculos próximos a tu herida antes de incorporar ejercicios de cuerpo entero que incluyan la zona lesionada. Así que si el problema está en la rodilla, siéntate con las piernas extendidas, tensa los músculos de los muslos y luego relájalos. Eso reforzará los cuádriceps y te permitirá progresar hacia ejercicios más duros, como las sentadillas. Al ir disminuyendo el dolor, aumenta la resistencia, la velocidad y el rango de movimiento de tus ejercicios.

Resiste

Aunque te sientas mejor eso no significa que ya estés listo para pasar a la acción. Si tu deporte es el baloncesto, practica la técnica (el tiro, las fintas y la carrera) antes de ponerte a jugar, para reducir el riesgo de una nueva lesión. Hartman advierte que, al ir ganando minutos, estés atento a cualquier síntoma recurrente de dolor, llámese inflamación o inestabilidad.

Previene

Una vez remita el dolor, vuelve al gym. Para evitar lesionarte, entrena con frecuencia, incluyendo a tus zonas más débiles. Trabaja por lo menos 2 o 3 veces por semana y céntrate en la fuerza, la potencia y la flexibilidad. Incluye ejercicios para todo el cuerpo, como sentadillas y levantamientos de peso muerto. Y sé paciente. La larga retirada te habrá afectado: según Hartman, en menos de un mes se pierde fuerza, la resistencia disminuye a las dos semanas de inactividad y en sólo 5 días se reduce la velocidad.

domingo, 6 de mayo de 2012

23 horas y media La traducción al Español del video viral del Dr Mike E...

"La mujer no necesita masculinizarse en el poder"

Cree en la meritocracia antes que en el cupo femenino. Proclama la necesidad de hablar de equidad de géneros en lugar de igualdad entre hombres y mujeres. Individualiza elementos que propiciarían una suerte de "modo mujer" de actuar en el espacio público. Y asevera que la diversidad es una cuestión social trascendente, desde la cual se construye la tolerancia
 LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALINDEZ
LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALINDEZ | 
En las historia de la política, no renunciar a las convicciones ha sido una utopía universal. En la historia del tiempo presente de América del Sur, no renunciar a la femineidad en el ejercicio del poder es la bandera que enarbola Pilar Sordo, la exitosa psicóloga y escritora chilena. Michel Bachelet en su país, Cristina Fernández de Kirchner en el nuestro, y Dilma Rousseff en el vecino Brasil son razón suficiente para que la "best seller" latinoamericana, que visitó la Argentina para participar de la Feria del Libro con obra nueva bajo el brazo: Bienvenido dolor, que los rankings de LA GACETA Literaria ubican desde hace semanas entre los cinco libros más vendidos del momento en Tucumán y en la Argentina.

Durante la entrevista telefónica que mantiene con LA GACETA desde Bahía Blanca, la autora que se convirtió en una celebridad continental a partir de su libro de autoayuda ¡Viva la diferencia!, sostiene que el ejercicio auténticamente femenino del poder tiene que reunir una serie de condiciones para ser válido. Y, después de manifestar su reconocimiento al cupo femenino, postula la consagración de la meritocracia. Otro tanto hará con el universalismo "todos somos iguales", útil y oportuno en el siglo XX, pero rayano en la falacia en la actual centuria. "Tal vez -advierte desde la habitación 127 del hotel Argos- debimos hablar de equidad o de igualdad de oportunidades, para manetener el valor de la diferencia de lo que somos".

- ¿Ya hay una "forma mujer" de ejercer el poder o todavía hay que seguir pagando el precio de masculinizarse para ejercerlo?

- Yo creo que esto tiene una historia. Siento que las mujeres, cuando empezamos a entrar en los espacios públicos, necesitamos desarrollar características masculinas para ser validadas por ustedes, por los hombres, y ser consideradas inteligentes y capaces para manejarse en esos espacios históricamente manejadas por los hombres. Entonces hubo, según mis investigaciones, una masculinización de la mujer en todos los rubros del orden público: no sólo el poder. Pero eso ha ido cambiando con el tiempo. Siento que, hoy, la mujer no necesita esa masculinización extrema para estar en espacio públicos y ejercer poder. No es tema de genero sino que tiene que ver con condiciones humanas y con talentos propios de cada líder, con independencia de si se es hombre y o si se es mujer. Las mujeres que hoy están en el poder en América Latina, o que lo han estado, y las que ejercen hoy en Europa, son mujeres que no han tenido que traicionar su identidad femenina ni su capacidad para atender detalles, para cuidar procesos, y para creer también en la intuición como un elemento de información. Creo que las mujeres que están en este minuto en el poder están escuchando más su lado femenino en la toma de decisiones. Eso no quiere decir que yo, como mujer, tengan poder o que no lo tengan. Ni que no deba aprender de algunas características masculinas, que a las mujeres nos ayuda mucho entender, así como también ayuda mucho a los hombres aprender de lo femenino. Se abrió un camino en este proceso y, afortunadamente, las mujeres que ejercen poder lo hacen desde ellas mismas, sin necesidad de tener que mutar a una condición masculina para hacerlo.

- "Todos somos iguales" es un universalismo que sirvió en su momento para liquidar las discriminaciones xenófobas que alcanzaron el paroxismo en la II Guerra Mundial. Pero hoy se denuncia "la falacia" de ese universalismo. ¿Hacia qué proclamas deberíamos encaminarnos?

- Siento que no entendimos bien lo que era la igualdad, que es una posibilidad y que siempre entendimos antropológicamente o sociológicamente de una manera muy literal. Tal vez debimos hablar de equidad o de igualdad de oportunidades, para manetener el valor de la diferencia de lo que somos. En su momento, en efecto, fue muy necesario para hablar de igualdad, para poder generar la fuerza de esta equidad e igualdad de espacios, pero evidentemente eso ha seguido un camino que hoy invita al encuentro, a la negociación y a la tolerancia. Y la tolerancia pasa por entender las diferencias. Y cuando hablo de aprender a reconocernos diferentes no me refiero sólo a cuestiones de género: hablo también de las personas con capacidades diferentes, mal llamadas discapacitadas, y de homosexuales El de la diversidad es, hoy, un tema social. Es esa diversidad el lugar desde donde se desarrollan las tolerancias, las empatías, las paciencias y la posibilidad de enriquecernos socialmente.

- Que una mujer pueda ejercer el poder sin tener que mutar a una masculinización extrema, ¿depende de la dirigente o de la sociedad en la ella milita?

- Hay una interrelación, pero tengo la impresión de que depende fundamentalmente de quien ejerce el poder. El punto radica en la libertad de poder ser quien soy. Con mis contradicciones, imperfecciones y ambivalencias, que es donde también yo soy querida por el otro. Los liderazgos de perfección, de rigidez, están siendo desplazados y dan lugar a liderazgos mucho más afectivos, diría yo: más cercanos a la gente, más empáticos, más solidarios, más de cierta calidez, sin por ello quitarles eficacia ni eficiencia. Siento que eso depende de cómo es la persona que llega al poder. Ahora bien, si esa persona que llegó al poder lo hizo mediante talentos de personalidad que lo hicieron encantador frente a la audiencia, frente al pueblo, esa seducción utilizada por el líder tendrá sus estrategias desde lo masculino, y tendrá otras desde lo femenino. Lo que siento es que se tiene que notar si el líder es mujer o es hombre. - En ¡Viva la diferencia! usted no aborda las diferencias entre hombres y mujeres sino entre lo masculino y lo femenino. ¿Cómo se plasman esas diferencias en el campo del poder?

- Siento que lo masculino es más solitario en el mando. Tiende a formar menos trabajo en equipo. El poder femenino, en cambio, tiende naturalmente a la conversación, a la conformación de comisiones para debatir temas, pide más referencias y tiende a escuchar más. En definitiva, la postura de trabajar en equipo es una de las cosas que más se nota en el caso del poder femenino. Y lo que también debe decirse es que aunque el objetivo del poder femenino es el mismo, sólo es válido mientras se cuide el camino: el valor que lo femenino le da naturalmente a los detalles, entre lo que se encuentra la valoración de los costos que el cumplimiento de determinados objetivos puede llegar a tener. - En su último libro, Bienvenido dolor, analiza la negación del dolor como un mecanismo de defensa, pero también advierte que el hedonismo le enseña a las personas a no mirar, a no escuchar, a no avanzar. ¿Esto es también el resultado de tantos años de sociedades conducidas mayormente bajo el sino de lo masculino o hay también una participación de lo femenino en este fenómeno postmoderno?

- Yo creo que somos todos cómplices ahí. Sería injusto culpar solamente a los hombres de un proceso en el cual somos todos responsables. El culto a la belleza, el valor mediático de la delgadez, el consumo, el arrancar el dolor... En la medida en que el ser humano, hombre o mujer, se desconecte de sí mismo, y sienta que con el trabajo o con el ruido evadimos el dolor, estamos contribuyendo al hedonismo sin distinción de género.

- ¿Qué consideraciones le merencen políticas electorales como el Cupo Femenino?

- Creo en la meritocracia antes que en la cosa de la cuota, en definir por ley proporciones de representación femenina. Las mujeres tenemos la capacidad suficiente para demostrar que somos capaces de llegar a los puestos más altos. Es decir, creo más en el merito, en el trabajo y en ganarse el espacio antes que en que me lo regalen, precisamente, por mi condición de mujer. Sin embargo, creo que en un inicio, cuando cuestiones como la participación de la mujer salen a la palestra pública, el espacio va a ser muy importante. Y la cuota genera una cierta visión de disponibiliadd de esos espacios, que hace que las mujeres quieran participar. Creo que le hace mejor a la mujer sentir que siempre va a estar ese espacio, pero que se lo gane. De la misma manera, que también se lo gane el hombre: no creo que por su condición de tal deba estar ahí. Y por ser sólo mujer, tampoco. Eso debe depender de su talento y de cómo aporta al bien común. Pero, inicialmente, las cuotas para los parlamentos han ayudado a crear conciencia y a reflexionar, tanto para generar la posibilidad de que las mujeres lleguen al espacio público como también para que ellas rompan sus propias barreras.

La trasandina influyente

La psicóloga María del Pilar Sordo Martínez integra el cuadro de honor de las 21 personas más influyentes de Chile. Su libro "¡Viva la diferencia!" se mantuvo durante 114 semanas como número uno en ventas en su país: en América latina vendió 120.000 ejemplares. Nació en Temuco el 22 de octubre de 1965.

BUENOS MAESTROS, MAESTROS FASCINANTES

El Poder de los Sueños, Alejandro Lerner & Soledad Pastorutti