jueves, 26 de enero de 2012

Preguntas magnéticas.

La siguiente es una historia acerca del poder de un cuestionario creativo...  
Cuando la famosa pintura de Rembrandt llamada "La ronda nocturna", fue restaurada y vuelta a exponer en el Rijks-Museum de Amsterdam, los curadores de la muestra llevaron a cabo un simple, aunque remarcable experimento: Presentaron a los visitantes un cuestionario acerca de la pintura.
Prepararon más de 50 preguntas, algunas de las cuales se enfocaban sobre asuntos que los curadores usualmente evitan abordar, como: ¿Cuanto cuesta la pintura? ¿Fue alguna vez falsificada? ¿Existen errores en la pintura? Otras en cambio, eran artisticamente más tradicionales: ¿Por que rembrandt pintó ese tema? ¿Quienes eran los personajes de la pintura? ¿Que técnica utilizó Rembrandt en esta obra?
En una sala, junto a la galería que exponía la pintura, los curadores empapelaron las paredes con esas preguntas (y respuestas). Los visitantes debían pasar a través de dicha sala antes de entrar a la galería.
El curioso resultado fue que el promedio de tiempo empleado en ver la pintura, pasó de seis minutos hasta más de media hora. Los visitantes alternaban leyendo las preguntas y respuestas, y examinando la pintura. Dijeron que las preguntas los motivaban a mirar por más tiempo, con más detenimiento y a recordar más. Las mismas, les ayudaban a crear aún más ricas ideas y a ver la pintura de nuevas maneras. Como una serie de imanes, las preguntas atraían los pensamientos de los visitantes hacia frescas y nuevas ideas
¿Cómo pueden unas simples preguntas producir tales resultados?: Esencialmente, las preguntas sitúan al visitante en un marco mental de aprendizaje, estimulando su curiosidad.

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