Dwyane Wade, la megaestrella de los Miami
Heat, es campeón de la NBA y oro olímpico. Pero, a pesar de todo, este
año ha tenido que empezar de cero.
El escolta de los Miami Heat está entrenando cueando alguien le
pregunta si tiene un movimiento preferido: "No", dice, "Voy
improvisando". De hecho, esa es, en cierto modo, la característica
principal de
Dwyane Wade. El MVP (jugador más valioso del año) nos explica cómo desorientar a los rivales sin perder el control de la situación.
Hace ya un tiempo,
Wade se convirtió en asiduo de
los All-Star y firmó sustanciosos contratos publicitarios. Pero entonces
tuvo una mala racha y se lesionó la rodilla y el hombro. La mayor parte
de la última temporada la vio desde el banquillo, mientras su equipo
firmaba los peores registros de la liga. "Una de las cosas más duras,
una vez has ganado, es volver a salir ahí y hacerlo de nuevo", afirma.
"Pero se trata de crecer. Al ir madurando, tienes que responder ante las
expectativas". No te pierdas sus consejos si te encuentras en su misma
situación.
No pierdas la posición
"Yo nunca quise ser el típico líder que va dando lecciones", cuenta
Wade. "Siempre he dicho que predicaría con el ejemplo". Pero el tener
que animar a sus compañeros desde el banco mientras estaba lesionado
provocó un cambio en él. Se convirtió en un buen observador y motivador.
"A algunos tipos les puedes hablar de un cierto modo, y a otros no.
Como líder, tienes que distinguirlos", señala.
Cubre una necesidad
El estilo de juego de Wade puede ser agresivo, pero él se niega a
reservarse cuando juega. Tiene un objetivo: penetrar y crear jugadas.
"No les haría ningún favor a mis compañeros si saliera ahí y me
convirtiera en lo mismo que cualquier otro: un tirador de campo",
afirma. "Ese es un tipo de juego fácil. Y a mí no me gusta jugar fácil".
Es importante saber qué buscan los demás en ti. Eso no significa que te
encierres en ti, pero si cultivas una habilidad particular, te
asegurarás de que siempre haya alguien que te busque como recurso.
Plantéate desafíos
Aunque si lo piensas, pasar de ser una rutilante estrella a
convertirte en un notable jugador, no es tan mal negocio. "Como
campeón", cuenta, "eres la mejor jugada de cualquiera. Siempre habrá
alguien que intentará bajarte los humos". Pero si los focos y la presión
están sobre otros, tú tendrás libertad para volverte más fuerte. Así
que cuando llegue el momento de emprender la carrera hasta lo más alto,
estarás preparado.
Tira de ti mismo
Durante los primeros cinco años de su carrera, Wade trabajó de vez
en cuando con el célebre entrenador Tim Grover, el mismo que tuvo
Michael Jordan. Pero Wade no podía comprometerse a un horario regular.
Tenía anuncios que rodar y una vida que disfrutar. Sin embargo, las
lesiones le hicieron reordenar sus prioridades. Se pasó el verano pasado
con Grover y acabó más fuerte que nunca. "Desde entonces, trabajo con
él de forma continuada". Mantener un físico ágil y fuerte tiene su
precio.
Busca inspiración
Fuera de temporada, Wade quería demostrar que estaba en forma. Pero
no quería empezar el año con los Heat planteándose ese reto personal.
Ese fue el motivo por el que puso tanto empeño en ir a las Olimpiadas de
Pekín. "Aunque no hubiera tenido que jugarlas, me habría entrenado
igual". Así que prepárate bien físicamente para empezar con la máxima
fuerza.
¿Cómo recuperarse de una lesión?
El médico y el entrenador personal de
Dwyane Wade le ayudaron a recuperar la fuerza y evitar nuevas lesiones. Si te ves envuelto en algo así, haz esto.
Restaura
Una lesión suele limitar el rango de movimiento y provocar
problemas. Por ejemplo, la pérdida de movimiento en la cadera, provoca
dolor lumbar o de rodillas. Hartman aconseja recuperar la flexibilidad
aplicando una suave presión manual en el punto donde queda limitado el
movimiento. Sostén la presión durante 30 segundos mientras intentas
mover la articulación lesionada en dirección de la limitación. Haz 3
repeticiones, 4 veces al día.
Refuerza
Recupera la fuerza desafiando a los músculos próximos a tu herida
antes de incorporar ejercicios de cuerpo entero que incluyan la zona
lesionada. Así que si el problema está en la rodilla, siéntate con las
piernas extendidas, tensa los músculos de los muslos y luego relájalos.
Eso reforzará los cuádriceps y te permitirá progresar hacia ejercicios
más duros, como las sentadillas. Al ir disminuyendo el dolor, aumenta la
resistencia, la velocidad y el rango de movimiento de tus ejercicios.
Resiste
Aunque te sientas mejor eso no significa que ya estés listo para
pasar a la acción. Si tu deporte es el baloncesto, practica la técnica
(el tiro, las fintas y la carrera) antes de ponerte a jugar, para
reducir el riesgo de una nueva lesión. Hartman advierte que, al ir
ganando minutos, estés atento a cualquier síntoma recurrente de dolor,
llámese inflamación o inestabilidad.
Previene
Una vez remita el dolor, vuelve al gym. Para evitar lesionarte,
entrena con frecuencia, incluyendo a tus zonas más débiles. Trabaja por
lo menos 2 o 3 veces por semana y céntrate en la fuerza, la potencia y
la flexibilidad. Incluye ejercicios para todo el cuerpo, como
sentadillas y levantamientos de peso muerto. Y sé paciente. La larga
retirada te habrá afectado: según Hartman, en menos de un mes se pierde
fuerza, la resistencia disminuye a las dos semanas de inactividad y en
sólo 5 días se reduce la velocidad.
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