Experto invitado: Dr. Fabio Celnikier
Médico Especialista en Psiquiatría.
Magíster en PNIE (Psiconeuroinmunoendocrinología).
www.epigenetica.org
“Tenemos una tendencia enorme a clasificar como no relevante aquello que no entendemos”.
Thomas Gingeras
Estamos recorriendo la hermosa y a la
vez difícil vía de la Integración en ciencias. Evolucionando desde el
eclecticismo sumamente pragmático hacia el complejo campo de las
intersecciones integrativas multidimensionales para que el todo sea
realmente mucho más que la mera suma de las partes. Desde ya hace muchos
años recorremos los vasos comunicantes de las distintas neurociencias
para entender nuestras conductas desde el mismo corazón neurocientífico.
Sin la comodidad de comulgar exclusivamente con ninguna teoría
reduccionista, y disfrutando la transversalidad del conocimiento y el
abordaje multinivel en el campo clínico. Obviamente este entrelazamiento
holográfico que ha modificado nuestras miradas como médicos y en
general como personas más universalmente hablando.
Conociendo las diferentes neurociencias y
la neurociencia misma, quienes trabajamos en salud mental ahora más que
nunca sabemos que las distintas corrientes en la teoría y práctica de
la psicología humana abordarán al paciente privilegiando unas u otras
“herramientas cuerpo-mente”. La epigenética es un factor fundamental
para el control de la actividad del ADN de los genes y el desarrollo
saludable de nuestras vidas, o bien el encendido y puesta en marcha de
enfermedades. Tal vez hilando fino entre las ciencias, sean los
fundamentos filosóficos que subyacen a este enfoque el constructivismo
en el campo del pensamiento y el principio de incertidumbre de la física
cuántica.
De este último, concluimos que es
imposible para cualquier escuela de psicología ofrecer una explicación
absolutamente “verdadera” y “definitiva” de la realidad, y cabalga sobre
el hecho de que la realidad está determinada por el punto de
observación del sujeto que observa. Y cada teoría de la personalidad,
cada escuela de psicología, enfoca la conflictiva humana desde sus
propias bondades, pero también desde sus propias limitaciones y
carencias.Por ello, para los médicos nos es muy excitante este tópico,
ya que ahora sabemos que es posible controlar los cambios epigenéticos
mediante cambios en los estilos de vida y/o a través de los fármacos que
administramos. Confiamos en que toda la comunidad médica y científica
se atreva a surfear estas olas en cambio paradigmático permanente. Pues
como dice el Tao: “Lo único permanente en la vida es el cambio”.
Thomas Kuhn decía, respecto a la
revolución de los paradigmas, que toda comunidad que se enfrenta a un
quiebre en el conjunto de creencias imperantes necesariamente es forzada
a pasar por las siguientes tres etapas al paradigma pujante: el
rechazo en primera instancia; la duda como segunda estación; y por
último la aceptación de las nuevas creencias apoyadas por las nuevas
teorías emergentes, cuando ya la nueva perspectiva es tan evidente
que ya es imposible cuestionarla desde los viejos argumentos. Como todo
paradigma se compone de un sistema de creencias que prescriben formas
de pensar, sentir, decir y actuar en nuestro mundo, un cambio de marco
paradigmático propone una gran revolución del conocimiento. Los paradigmas son los elementos que constituyen el marco de referencia desde el cual cada individuo mira la realidad.
Determinados paradigmas causan la adopción de ciertos principios de
vida que comúnmente tienen bastantes aspectos erróneos. Ya no es una
discusión tentadora la que fuera de nuestros predecesores deterministas
genéticos y ambientalistas extremos: ¿Naturaleza o crianza?. Es que la
certeza de vernos como resultado de esa evidente interacción hoy coloca a
tal debate en un lugar dejado atrás, y aburrido de volver a visitar. En
nuestro presente nos cuesta imaginarnos a nosotros mismos como seres
ajenos a la construcción multidimensional de la cual genes y ambiente
protagonizan un entrelazamiento inextricable que da lugar a nuestra
subjetividad. Estamos parados sobre un nuevo paradigma a través del cual
podemos definirnos como personas de un modo diferente a como lo hacían
anteriores generaciones.
Somos lo suficientemente amplios de criterio como para entender que
los esquemas rígidos de la biología que describía un camino
unidireccional y predeterminado desde el ADN a la proteína (con paso
previo por la estación ARN) ha dado un paso al costado para mostrar la
más dinámica doble vía de la información biológica que contempla a la
genética clásica y a la novedosa dimensión epigenética. Y desde ya, es
importante transmitirles que el fenómeno epigenético tiene un impacto
directo en nuestro modo de concebirnos y entender el mundo.Un cambio en el pensamiento médico sin precedentes
“La definición estricta hace honor
al término original que incluye la palabra genética y es: cambios
heredables en los patrones de expresión de los genes que no son causados
por cambios en la secuencia de ADN y que pueden ser provocados por
señales externas, son reversibles y están incluidos dentro de lo que
llamamos fenotipo”.
Dr. Alberto Kornblihtt
Los médicos estaremos en busca del
equilibrio entre el sentido humanístico de nuestra labor diaria y los
conocimientos más sorprendentes que nos dan la genética, la epigenética,
la proteómica y la Psiconeuroinmunoendocrinología. Es una revolución
sin precedentes respecto a los modos de entender la salud y la
enfermedad, las lesiones traumáticas, el embarazo, el desarrollo
prenatal y posnatal, las vías de diferenciación celular, los mecanismos
de muerte celular programada y el envejecimiento. Iremos conociendo el
profundo sentido de lo humano desde una perspectiva multinivel y en
constante co-emergencia contextual. Por ejemplo, uno de los cambios
más profundos consiste en abandonar nuestra postura existencial de
especie esclavizada por nuestros genes. Si el 95% de las personas
nacemos con genes perfectamente normales y hasta el momento solamente se
ha podido determinar que sólo un 2% de las enfermedades son causadas
por genes defectuosos, entonces: ¿Somos víctimas de nuestros genes o
bien responsables de nuestros estilos de vida personales y conductas
ecobioéticas de conjunto?
Justamente, la epigenética es
aquello que manifiesta cómo actúan los modos de vida sobre nuestros
genes y explica el diálogo permanente entre genes y ambiente
psicosociobiológico. Actuando como interlocutor entre el ambioma y el
genoma, es el resultado del diálogo entre estos, y nos ayuda a entender
numerosos procesos de salud y enfermedad entre tantos procesos naturales
de característica universal. Cada célula de la red PNIE tiene algunos genes activos y otros silenciados.
De acuerdo a esto se producen sólo determinadas proteínas en cada una
de ellas, y por ello cumplen con funciones diferentes dentro de la misma
red y son estéticamente distintas. Pero al conocer que las células de
dicha red presentan receptores de membrana (proteínas) para señales
químicas de los diferentes tipos constitutivos de la misma, podemos
inferir que la red psiconeuroinmunoendócrina está regulada
epigenéticamente desde sus orígenes (ontogenéticos y filogenéticos), y
de este modo sus componentes pueden vincularse entre sí tan
entrelazadamente.En cuanto a la herencia misma y la biología molecular
implicada en ella, la epigenética trata de patrones de expresión de
genes que no vienen determinados por la secuencia genética (con
referencia a la cadena de pares de bases del ADN de cada individuo). Y
esta herencia alternativa viene fijada porque los genes se expresan o no
dependiendo de ciertas condiciones bioquímicas, como la metilación del
ADN o de las histonas, o bien de la forma de la cromatina, la acción de
genes silenciadores, y de otras causas numerosas que aún no conocemos.
El Dr. Carlos Soria nos brinda una linda metáfora “fashion” acerca de lo descripto. Nos cuenta que los dispositivos epigenéticos son como vestidos bioquímicos que lleva el ADN desnudo.
Si estos vestidos son finos y transparentes, entonces permiten ver el
ADN y los genes pueden expresarse. Si en cambio estos vestidos son
gruesos, no permiten que los genes se expresen.
¿Empoderamiento alostático o vulnerabilidad y carga alostática?
Una vuelta de tuerca a la vulnerabilidad
y a la resiliencia. La epistemología nos ayuda a comprender cómo de la
interacción entre las condiciones genéticas heredadas y las experiencias
sociopsicológicas, neurovegetativas, endocrinas e inmunológicas de los
primeros años de vida, habrá de surgir una “Indefensión PNIE” o un
“Empoderamiento PNIE” propio de cada sujeto.
La PNIE nos explica cómo la maquinaria psiconeurológica interactuará
con expansiones hormonales e inmunológicas, en esa Interfase llamada
PNIE-network, a través de mecanismos de retroalimentación positivos y
negativos, siempre mediados por la impronta epigenética, dando lugar a
fenómenos de neuroplasticidad, y más aún, “PNIE plasticidad”, que serán
responsables de la traza personal (Evocando a H. Laborit)
que nos acompañará hasta nuestra misma muerte.Observamos que si la
persona tiene una respuesta adaptativa a los estímulos del ambiente, tal
situación se transforma en crecimiento fisiológico y fortalecimiento de
su yo multidimensional. Hoy día a este proceso lo llamamos “alostasis”.En tal caso, la persona ha mostrado su “resiliencia”, ha salido ganadora de la situación estresante. La persona se encuentra en un estado de empoderamiento siconeuroinmunoendócrino respecto al ambioma. Seguramente su autoestima es tan buena como el amor que recibe y ha recibido desde niño, pertenece en su devenir histórico a una sociocultura que lo sostiene, contiene y reconoce, y goza de una buena salud física, se ha nutrido históricamente de biosímbolos espirutuales positivos que lo fortalecieron y reforzaron positivamente como persona.
Si la persona, en cambio, muestra “vulnerabilidad” y no se ha adaptado fisiológicamente al estresor, lo denominamos actualmente “carga alostática”. Lo que deriva en múltiples caminos de enfermedad posibles. En este caso, la persona se encuentra en una situación de indefensión psiconeuroinmunoendócrina.
El doble código que nos construye
Tenemos un “doble código”. El
genético es uno. Pero también hay un código epigenético, constituido por
un sistema de moléculas unidas al complejo ADN/histonas que gobiernan
la expresión de los genes. Las colas proteicas de las histonas catalizan
una gran variedad de mecanismos químicos, como la acetilación y la
metilación, que amplifican la expresión de genes vecinos. Los patrones
de metilación de ADN son lo mejor, estudiados y entendidos como
marcadores de fenómenos epigenéticos. Mecanismos intrínsecos que hoy día
se siguen estudiando con profundidad. Nuestros conceptos acerca de
la herencia darán un giro rotundo.
Podremos entender, entre tantas cosas, la trascendencia
transgeneracional. Conoceremos sobre el legado de nuestros genes. Desde
nuestros bisabuelos hasta nosotros y desde nosotros hacia nuestros
nietos y bisnietos como nunca lo habíamos percibido. Y comprenderemos
entonces que la trascendencia humana es multidimensional y no sólo una
metáfora.Weblinks:
Epigenética.orgInside the Brain A Journey Through Time Brain Imaging Advances Neurons & Neuroscience LiveScience
George Freeman Solomon
Epigenética: un nuevo lenguaje,
un nuevo destino
Epigenetic memory of longevity in Caenorhabditis elegans
Epigenetic regulation of transcription and splicing of syncytins, fusogenic glycoproteins of retroviral origin
FANCJ coordinates two pathways that maintain epigenetic stability at G-quadruplex DNA
Estrés y adaptación, cambios epigenéticos vs. guardianes del genoma
Plasticidad cerebral inducida por el estrés y la alostasis
Fuente:
http://www.rpinternet.com.ar/2012/09/04/la-persona-holografica-en-un-mundo-multidimensional/
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