domingo, 2 de febrero de 2014

Remember me - Recuérdame

Antes de iniciar es mi deseo aclarar  a los queridos lectores; que no realizaré una crítica sino una reflexión basada en la película y  tomaré enseñanzas junto a entretelones de la vida misma. Esta vida que me ha obsequiado enseñanzas las cuales yo complacida he asimilado aunque admito que en ocasiones varias no de muy buena gana.
El día de hoy quizá por accidente, digo esto porque  aprendí a comprender que los accidentes no existen, así también a comprender que la casualidad tampoco sino que la CAUSALIDAD aflora en todo. Es la ley del UNIVERSO y ¡hay que respetarla! Deepak Chopra y otros estudiosos avalan que si se conocen esas leyes lo mejor que uno puede hacer es cumplirlas, allí entra otra ley, la de la “no resistencia”
También aprendí en mi montaña que el azar favorece a las mentes preparadas, y que la suerte es en realidad un camino de siembra. Aprendí todo esto y mucho más sobre la vida en los últimos 4 años. Creo, que de mi parte: del 2010 para este tiempo en mi vida equivale en realidad a 10 años de crecimiento personal interior y no como la cronología podría indicar que solamente han pasado 4 años.
Como inicié el encabezado “quizá porque era el momento”: sin saberlo… abrí el reproductor de video y seleccioné al “azar” una película.


El poster de esta “Remember me” he visto en innumerables lugares, me llamó la atención el título más no causó curiosidad en dicho momento.
Hoy sin saber de qué se trataba, inicié el recorrido de una hora con cincuenta y dos minutos.
Grande fue la sorpresa al tener conciencia “dándome cuenta” que la vida parece acontecer entre situaciones paralelas, que vidas o resultados en algún momento sin saber ni cómo ni cuándo se encuentran. Y sin darnos cuenta ese momento “mágico”, “por alquimia” el “salto cuántico” ocurre. Y uno inicia el reconocimiento de su propia vida en forma retrospectiva. Llega el momento exacto de comprender situaciones pasadas, de digerir nuestra actualidad pudiendo enderezar la brújula para sortear obstáculos aunque yo diría para limpiar la visual, logrando ver oportunidades en el mapa y seguir avanzando.
 En relación a la película que inicia con el segmento de una dulce niña jugando con su madre mientras espera el subte, donde en minutos se arrebata la vida de un ser humano a sangre fría, el padre de la niña de profesión policía y aspecto frio, reconoce el cuerpo casi con un rostro inexpresivo, levanta en sus brazos a la pequeña alejándola entre su consuelo de brazos robustos de allí.

Por otro lado el chico de mirada perdida quizá sin reconocer su lugar en el mundo porque el suyo se encontraba perdido, viviendo junto a un amigo universitario, que se idealizaba como profesional y él Tyler quien asistía de oyente a la universidad además de trabajar en una biblioteca. En noches de amigos, entre cervezas ingresan a un altercado sin ser llamados quizá por la adrenalina que el momento imprimía a la sangre de los observadores, terminando tras las rejas por unos minutos hasta que son sacados de allí. Más adelante se devela que la razón del enojo quizá de la perdida de brújula de Tyler corresponde a un corazón de sentir dolido.
Sn la vida llega un momento donde se da el primer paso al vacío con fe, sin ver las gradas en las escaleras.
Otras  con el corazón ahogado, muchas veces en palabras o sentimientos mareados por el vértigo de la vida reprimida o comprimida en un cuerpo que no encuentra el respiro para el alma, aquella parte de uno mismo que se alimenta del silencio, que esquiva el ruido para hablarle a la conciencia de lo que en realidad tiene sentido en la vida. Este camino se inicia y sin darnos cuenta, entramos en el sendero de la curación del alma: Ni imaginamos ni sospechamos que el mejor esparadrapo para el alma es la  cuota de amor humano (no solamente el amor romántico logra sanar al alma). La confianza, ese puente invisible que hace oportuno hablar con los ojos desde el alma, donde una sencilla conversación tiene el poder de cambiar la vida de uno y de todo un lugar, de una familia y hasta…porque no… de una comunidad.
Las heridas del alma, tienen un don “ellas poseen la capacidad de hacernos más humanos, cordiales y agradables” si logramos sanar,  nos entrega la oportunidad de practicar el perdón así como la compasión, la tolerancia, el respeto y por sobre todo aceptar que somos fuente de amor. Que tenemos una misión en la vida, que es como un juego pero en realidad solamente vale la pena y cuenta si estamos en la cancha mojando la camiseta tras nuestros sueños, siendo instrumentos de bien. Esas heridas del alma se dejan notar si nos escuchamos, por más que la razón de nuestras lágrimas no comprendamos, ellas desean hablarnos aunque sean derramadas en silencio y en la oscuridad.
Si una situación de la película rescato es “La cuna familiar” por ambos lados desmembradas por la pérdida, aunque a su vez tapando el dolor, o viviendo el duelo con puño cerrado. Y sin darnos cuenta el ser querido y ausente agrega valor a nuestra vida. Cuánto anhelamos su regreso y fantaseamos con “si estuviera”. El corazoncito queda dolido, partido en pedacitos donde solamente los  cristales de sal tienen la posibilidad de curar.  El camino a la curación de ambos personajes centrales se inicio al conocerse, al hablar en intimidad de corazón a corazón.
Las palabras tienen el poder de curar, el abrazo y amor.

El altruísmo hace milagros



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